«La única patria que tiene el hombre», decía el escritor austríaco Rainer María Rilke, «es la infancia». Hubo una época en que eran los demás los que siempre se morían. Y uno pasaba de puntillas, pero sin sobresalto alguno, porque eso de morir nos parecía tan lejano, tan improbable, como acaso le pareció a Garrett […]