El presidente Donald Trump intenisifcó su acalorada retórica de inmigración el martes, acusando a los demócratas de querer que los inmigrantes «infesten a nuestro país» y convirtiendo un discurso sobre la economía en una diatriba furiosa en defensa de su postura dura.
Fue un reflejo de la creciente frustración de Trump por que la crisis por las separaciones de familias que sacudió a su administración haya dado lugar a acusaciones de abuso infantil y falta de corazón. En privado, Trump ha insistido en que tiene razón para seguir adelante con una práctica que ha causado protestas en todo el espectro político.