El número 1 del mundo cenó el domingo en el Hotel Intercontinental de París, lugar elegido para todas las celebraciones, que incluyen también cada 3 de junio, día de su cumpleaños. Antes, la feliz secuencia de rutinas tantas veces repetida, con atención a las televisiones y cortesías institucionales. Tras la cena, que reunió a cerca de 60 personas entre familiares y amigos, la tradicional copa en Matignon, hasta las tres de la madrugada. Ayer, ya con más calma y tras pocas horas de sueño, conversó con tres periodistas españoles en la cafetería del lobby del Hotel Melia Royal Alma, donde se ha alojado a lo largo del torneo, mientras le aguardaba una barrita abierta de pan integral con la que acudió al encuentro.